Qué
desesperante es querer y no poder. Más desesperante es tener que poder,
y seguir sin hacerlo.
Ya sé que
no puedo, pero juro que hago el intento. De verdad lo hago.
De igual
forma, nadie se fija en eso. Los que juzgan suelen apreciar otro tipo de cosas.
Muchas
veces pensé: “mejor dejar de mirar para ese lado y hacer otra cosa”, pero no…
no me sale mirar para otro lado, aunque trate, sigo mirando de reojo. No puedo.
Otra vez esas dos palabras, “no puedo”.
También
pensé: “Y bueno… pase lo que pase, puedo decir que hice el intento, que traté,
que luché por algo que de verdad quería”. Pero dudo que una frase tan patética
sea capaz de consolarme en un posible futuro en el que haya fracasado…
Patética
la frase, patética yo. Patética la situación.
Se siente más o menos así:

No hay comentarios:
Publicar un comentario