¿Por qué será que uno se dispersa cuando tiene que hacer algo más importante? Uno de tantos interrogantes que me surgieron a lo largo de la vida. Como ¿por qué es más divertido no hacer nada cuando hay cosas que hacer, y cuando no tenemos nada que hacer, nos aburrimos haciendo nada y buscamos algo para hacer? Pregunta rebuscada… Pero sigue siendo pregunta, interrogante, duda. Todavía sin respuesta. ¿Por qué será que cuando a uno le dicen: “contate un chiste” repentina y automáticamente, todos los chistes que alguna vez en su vida aprendió se borran de su memoria? ¿O por qué será que existe un mundo, un espacio en el cual hay materia y en el cual, dicha materia presenta movimiento? (me hice la culta). Es decir, por qué existe algo y no más bien nada. Es algo que nunca me pude explicar, y una idea que de por sí me resulta difícil de expresar con palabras. De todas las veces que traté de explicarla, nunca supe si había quedado claro o la gente me decía “si” para que me calle (es muy probable).
Dudas...
Dudas que, inevitablemente, van a seguir siendo lo que son, justamente: dudas.
Dudas...
Dudas que, inevitablemente, van a seguir siendo lo que son, justamente: dudas.