Saber tener y saber dar. Poder ser incondicional.

septiembre 28, 2011

Tendría que estar estudiando, ¿se nota?



¿Por qué será que uno se dispersa cuando tiene que hacer algo más importante? Uno de tantos interrogantes que me surgieron a lo largo de la vida. Como ¿por qué es más divertido no hacer nada cuando hay cosas que hacer, y cuando no tenemos nada que hacer, nos aburrimos haciendo nada y buscamos algo para hacer? Pregunta rebuscada… Pero sigue siendo pregunta, interrogante, duda. Todavía sin respuesta. ¿Por qué será que cuando a uno le dicen: “contate un chiste” repentina y automáticamente, todos los chistes que alguna vez en su vida aprendió se borran de su memoria? ¿O por qué será que existe un mundo, un espacio en el cual hay materia y en el cual, dicha materia presenta movimiento? (me hice la culta). Es decir, por qué existe algo y no más bien nada. Es algo que nunca me pude explicar, y una idea que de por sí me resulta difícil de expresar con palabras. De todas las veces que traté de explicarla, nunca supe si había quedado claro o la gente me decía “si” para que me calle (es muy probable). 
Dudas... 
Dudas que, inevitablemente, van a seguir siendo lo que son, justamente: dudas.

septiembre 26, 2011

Me aburrooooooo


Todavía no tengo muy en claro sobre qué voy a escribir, solamente estoy demasiado aburrida, pero a veces está bueno improvisar y ver qué sale sobre la marcha. Para empezar voy a tirar un tema simple, sencillo, que dé pie a la sucesión de cosas que se puedan llegar a ir desencadenando a partir del mismo.

¿Un tema típico? El clima. No da. ¿A quién le va a interesar leer algo sobre el clima en un blog? Si querés saber el tiempo que va a hacer mirá el pronóstico, no mi blog.
Ok, va de vuelta. Otro tema. El amor. Ya me estoy pareciendo a Listorti, por muy chistoso que parezca, y escribir sobre el amor por lo general trae conflictos (aunque, lógicamente, depende mucho de lo que se escriba), voy a dejar el tema de lado. Aunque esté orgullosa de saber y admitir que estoy en un muy buen momento en lo que respecta a mi vida amorosa. Si tuviera que escribir algo sobre el tema, estoy segura que no traería ningún conflicto. De igual forma, voy a dejarlo de lado.
Estaría bueno escribir sobre la bronca que genera justamente esto, ¿no? ¡El no saber qué escribir! Una vez leí una frase que decía: “Si usted tiene papel, no tiene lapicera. Si tiene una lapicera, no tiene papel. Si tiene ambos, no hay mensaje.” Me impactó. Es muy cierto y lo estoy comprobando ahora. No precisamente con un papel y una lapicera, pero sí con un teclado y un blog.
Las cosas que el aburrimiento genera a veces… Pérdida de la capacidad de razonar y de decir cosas coherentes, y junto con eso (y al tener un blog donde hacer públicas las boludeces que flasho), de la dignidad. Me pasé toda la tarde leyendo, terminé el libro en mi desesperación por encontrar un poco de entretenimiento (tengo que admitir que lo encontré durante ese rato de lectura. Sirvió de algo.), y ahora estoy sentada frente a una computadora, sin absolutamente nada que hacer, sin absolutamente nada sobre lo que escribir, y sin absolutamente nada ni nadie que me entretenga en lo más mínimo (con la excepción del blog, lógicamente).
Qué mal. Nadie para hablar, ningún tema bueno sobre el cual escribir, y mi improvisación se vio frustrada por estas cosas tan locas de la vida, tendría que haber previsto que iba a pasar. Por el momento, me quedo con el aburrimiento y a la espera de algún milagro que pueda sacármelo de encima, mientras Shakira me canta en la radio que soy su sol y la fe con que respira…