Saber tener y saber dar. Poder ser incondicional.

diciembre 03, 2012

12 años después... hola.


Etapas que culminan. Probablemente muchos momentos me queden grabados en la cabeza para siempre. Si fueron buenos o malos, no sé. Fueron momentos. Simples instantes que, en conjunto, formaron una etapa... una bastante larga. 12 años. 
Siempre hay altos y bajos. En mi caso, estoy segura de que podría clasificar cada una de las situaciones vividas en una escala de valores del 1 al 10. Pasé por todos los niveles. Tuve mis momentos de gloria; tuve momentos buenos, y otros no tanto. De igual manera, siempre voy a recordar los años escolares con algo de nostalgia. No importa dónde, con quiénes, y cómo. Al final de todo, siempre hay algo bueno para rescatar. 
A fin de cuentas y en varios aspectos, crecí como persona.






noviembre 27, 2012

Sin título, no me salen las palabras


Darse uno mismo. Brindar a la otra persona lo que apenas tenemos. Ser feliz con la felicidad del otro, y apenas poder contener el llanto al ver el suyo. Tener el alivio de saber que hay un piso sobre el cual caer, y una mano que nos ayude a levantarnos. Percibir en alguien infinidad de cualidades que no pueden ser apreciadas por los demás. Crear con alguien esa conexión que rompe las barreras de lo que sea. Esa conexión que une dos almas. Esa misma conexión que nos lleva a encontrarnos con el otro, con lo más profundo de su ser. Entregarse plenamente a la otra persona. Saber amar al otro.



 “Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.
Antoin de Saint-Exupéry

octubre 25, 2012

Ensalada de emociones.


Horrible. Se siente horrible esa inseguridad permanente que vive conmigo hace tiempo. Es más el dolor psicológico que físico.  Es más fuerte la necesidad de dejar que el alma se exprese… como solía hacer tiempo atrás. Esa necesidad de liberarla y transmitir los sentimientos más profundos…
¿Y si en este momento pudiera transmitir lo que siento? ¿qué sería? Bronca, sin duda. El enojo que siento conmigo misma y la desesperación que pide a gritos que todo pase. También el miedo, la inseguridad, la ansiedad, la tristeza…
No hay nada que me asegure que todo se va a arreglar a tiempo... o que se vaya a arreglar. Voy dando pasos a tientas, con los ojos vendados
Necesito garantías. Necesito que me digan verdades, cosas concretas. Algo que haga desaparecer el miedo, la inseguridad, la ansiedad, la tristeza... 

Definitivamente, la cabeza y el corazón torturan más que cualquier dolor físico. 


octubre 24, 2012

Aprender a confiar en uno mismo.


Es empezar a intentar, sin temor a equivocarse. Es entender que un tropezón no es caída, que uno SIEMPRE puede levantarse. Es empezar a arrimarse un poquito más a la meta. Es perder el miedo a lo que viene y poder ver las cosas desde otro punto de vista. Es encarar la vida, poder decir "acá estoy yo".
Es dejar de ver el vaso medio vacío y empezar a verlo medio lleno. Verle el lado bueno a las cosas. Intentar de nuevo, en caso de fallar a la primera. Aprender a valorar lo que uno tiene, y dejar de mirar lo que tienen los demás. Es saber que, a pesar de todo, no hay que darse por vencido



octubre 02, 2012

Represión interna


¡Qué loca es la cabeza de los seres humanos! Es increíble cómo decimos y creemos una cosa, mientras el inconsciente está ahí escondido en algún lado, gritando otra totalmente distinta. Se disfraza con gestos, humores, reacciones. Esconde miedos, enojos, inseguridades, angustias… esas cosas que, a veces, ni siquiera nosotros sabemos que están ahí.
El inconsciente es un poco traicionero, por lo menos en mi caso. A veces intento disimular algunas cuestiones, algunas cosas que creo superadas, pero el muy basura siempre está ahí, tratando de salir a la luz, delatando que nada está tan superado como parece, ni que nada está tan calmo como se ve de lejos. Queriendo resaltar que, en realidad, algunas actitudes son consecuencia de inseguridades. Recordándome que necesito esa contención que trato de brindar a los demás, que necesito la misma atención, el mismo cuidado y el mismo cariño que me preocupo por dar a las personas que considero cercanas a mí.
Ese mismo inconsciente traicionero, es el único que percibe las necesidades más profundas del alma, y es el único que puede transformarlas y disfrazarlas para trasmitir el mensaje de forma indirecta, y así desahogarnos. Nos libera, lucha contra esos sentimientos reprimidos que nos lastiman y que, por algún lado, tienen que salir a la luz. 

agosto 20, 2012

Patético.


Qué desesperante es querer y no poder. Más desesperante es tener que poder, y seguir sin hacerlo.
Ya sé que no puedo, pero juro que hago el intento. De verdad lo hago.
De igual forma, nadie se fija en eso. Los que juzgan suelen apreciar otro tipo de cosas. 

Muchas veces pensé: “mejor dejar de mirar para ese lado y hacer otra cosa”, pero no… no me sale mirar para otro lado, aunque trate, sigo mirando de reojo. No puedo. Otra vez esas dos palabras, “no puedo”.
También pensé: “Y bueno… pase lo que pase, puedo decir que hice el intento, que traté, que luché por algo que de verdad quería”. Pero dudo que una frase tan patética sea capaz de consolarme en un posible futuro en el que haya fracasado…

Patética la frase, patética yo. Patética la situación. 

Se siente más o menos así: 




agosto 01, 2012

Contratiempos


A veces no sé qué pensar, hay días en que estoy más positiva, me dan ánimos y logro imaginármelo vuelto realidad, pero hay días en que ni siquiera puedo pensarlo. Sé que el tiempo me viene pisando los talones. Bailando lo esquivo, pero no falta mucho para que me alcance.
Tengo miedo. Tengo miedo de fracasar, de no llegar con el reloj, de defraudar a todos y defraudarme a mí misma. Vivo con la duda de no saber qué va a pasar, de no saber con certeza cómo son las cosas y qué es lo que exigen de mí realmente. Vivo con el complejo de sentirme inferior, pero también con la esperanza de llegar a ser algo más, antes de que sea tarde, para que entonces me dejen demostrar que con el tiempo puedo ser todavía mejor.
que puedo dar más, sé que puedo seguir superándome, pero necesito la oportunidad.
Cuento los meses, las semanas, hago cálculos. Me arrepiento tanto de algunas cosas, de haber llegado a esta situación. Cada día desespero más, siento que no llego.
Definitivamente, el miedo me está torturando.

Anécdotas viajeras

A continuación, un texto delirante que escribí durante un largo viaje en micro


Vaca – árbol – arboleda – árbol – árbol – palos – más árboles – pasto – nube – oveja (¡y ovejitas!) – CEDAM – árbol – “aluar, si es de aluminio, lo hacemos aquí”…

 Lucía lee, los viejos duermen la siesta. Me aburrí de leer, jugar a las cartas, hacer autodefinidos… Tengo que guardar entretenimiento para un día más de ida y uno y medio de vuelta… ¡Hay una máquina de café y jugo! :) pero no… no hay ni café, ni jugo.  Es igual.
El abuelo le quiere dar a Lucía un “ECHARPE”… ¿será una palabra francesa que fue castellanizada? Algo así como garage, carnet, restaurant (que fue aprobada por la RAE como “restorán”, déjense de joder)
¿Qué puedo hacer? Como para no entretenerme gastando crédito… Hice una lista de las cosas que iba viendo por la ventanilla, pero la mitad no sé qué son, y la otra mitad se constituye básicamente por árboles… Esto de la lista no funciona, necesito otra cosa para hacer.
Echarpe… palabra de viejo, como chinela, bascolé, “dotor” y algunas más.
Estoy delirando, el micro me hace mal, y la música pedorra que pasan, también. Por lo general estas cosas pasan en situaciones en las que uno se aburre mucho (demasiado), y estar un día y medio adentro de un micro rodeada de viejos, es una de esas situaciones (sobre todo si el micro en el que viajas, afuera tiene una foto de una vieja que se parece a la que pasa películas en telefé y otro viejito con un cartel que dice “Lider en turismo para adultos mayores” omg, mátenme)
¿Qué tal si es una trampa y no estamos yendo a las cataratas, sino al loquero?
Vamos a preguntarle a Lucía a ver qué opina:
“¡Ay, boluda!, ¿cómo vas a decir eso?” (risas)
No entiende el por qué de mis sospechas. Jamás lo entendería.
Dejate de joder, pusieron el CD ese del año del pedo, otra vez (la música es del año del pedo, no el CD, se entendió). A la noche dijeron que iban a poner una película, ¿qué pondrán? ¿Alguna de Chaplin? Capaz. No sé si podría soportarlo… Bueno, por ahí sí, no hay que exagerar tanto. Lo que pasa es que el viaje me marea, los viejos hablan cosas de viejos y me aburro mucho. Encima me ponen para escuchar un carnavalito que no conoce ni el pato.
La viejita de acá al lado mueve los pies, choca sus manos con sus piernas al ritmo de la música. Parece estar disfrutando.
A propósito, hay carteles por todos lados que dicen: “En caso de emergencia, rompa el vidrio con el martillo”. Se preguntarán, queridos lectores: ¿y el martillo? Asombrosamente, esta vez sí está. Colgadito, cerca de mi butaca… lástima que está aplastado contra la pared con unos plásticos tan resistentes que no se pueden romper de forma manual. No parece haber ninguna posibilidad de poder sacar el martillo (y mucho menos teniendo la presión que supone esa "situación de emergencia"). Si el micro se llega a incendiar, prefiero romper el vidrio con mi cabeza.
Bueno, creo que si siguen escuchando esta música y el ambiente sigue tan deprimente, probablemente haga el intento de sacar ese martillo y salte por la ventana…
Por el amor de Dios, ¡qué aburrimiento!

julio 05, 2012

Paso del tiempo = Frustración

Necesito frenar el tiempo. Quisiera parar las cosas ya, dejarlas como están, ¿por qué no volver un poquito atrás? así tendría todavía más tiempo.
Tiempo, tiempo, tiempo. Me supera. No lo necesito.
Estaría mejor si no tuviera que estar todo el día mirando el reloj, pretendiendo que no se descontrole todo, o estar siempre pendiente del calendario, temiendo por el momento en que termine la cuenta regresiva y ya no haya vuelta atrás.
¿Exagero demasiado? No creo, es delicado.
Aún así, el tiempo pasa muy rápido, es frustrante.

junio 10, 2012

Lo mismo

Otra vez, pensar lo mismo. Caer en el mismo problema, opinando lo mismo, prometiendo lo mismo y solucionarlo de la misma forma. Siempre lo mismo: sentir lo mismo, plantear lo mismo, hacer lo mismo y terminar en lo mismo. De tanto repetirla, ya me suena rara la expresión. Quiero evitar eso. Quiero salir de “lo mismo”, no hay por qué volver a una única cosa. Quiero ser más tolerante, ser más paciente, más tranquila, menos orgullosa. No pido mucho a cambio, solamente un poco de lo mismo para mí. Paciencia, por sobre todas las cosas.

Quiero dejar de pensar que todos se merecen más que yo, que tengo que tratar de ser mejor persona continuamente, hacer todo para todos, dar todo y no guardar nada para mí. A partir de hoy reclamo lo mío, reclamo lo mismo que doy. 

Trato de ser más tolerante, pido lo mismo: pido que los demás sean tolerantes conmigo. Trato de ser paciente, pido lo mismo. Intento tranquilizarme, y una vez más, pido lo mismo: hagamos un esfuerzo colectivo. 

No volvamos a lo mismo.


abril 23, 2012

Reflexiones de medianoche


Es bueno, a veces, ponerse a reflexionar y pensar en lo que uno no tiene y , ¿por qué no?, en lo que sí tiene. Es cierto que siempre pensamos en lo que no hay, en lo que falta, en lo que está mal. ¿Por qué no prestarle la misma atención a lo que sí hay, a lo que no nos falta, a lo que está bien?
Basta de echar en cara malas actitudes, de reconocer solamente lo que el otro hizo mal, o lo que uno mismo hizo mal. Reconozcamos aciertos, talentos, buenas intenciones, cosas buenas. Aprendamos a valorar más lo que estuvo bien a lo que estuvo mal.
Basta por un día de pensar en lo que no tenemos, de quejarnos de lo que perdimos, nunca tuvimos o vamos a tener.
Tengo ganas de valorar lo que sí tengo, valorar lo que todavía me queda, a pesar de haber perdido algunas otras cosas.
Todavía tengo gente que me entiende, gente que me quiere, me valora, y es la misma gente a la que yo entiendo, quiero, respeto y valoro. Todavía puedo decir que confío plenamente en alguien, que amo, que daría la vida entera por personas que ni siquiera son de mi familia, pero que parecieran serlo. También me queda la certeza de saber que esas personas son las mismas que van a estar conmigo toda mi vida, porque yo así lo decidí y porque las elijo día a día. Es la misma certeza de saber que me van a apoyar en todo lo que decida, porque creen en mí (me arriesgaría a decir que incluso más de lo que yo misma creo en mí).
Podrán faltarme muchas cosas, pero la verdad es que no creo necesitarlas realmente… quiero decir, las cosas pasan, no todo perdura. ¿Y qué? Soy feliz igual

Prefiero quedarme con lo que necesito de verdad.

abril 03, 2012

Arte

Dejar fluir las cosas, plasmar ideas, sentimientos, liberar el alma, dejar que se descargue.

Dejar que opine, que hable, que confiese, que cuente. Que baile sus miedos, que actúe sus verdades, que grite a notas, que cante sus más desesperados deseos. 
Simplemente, dejar que se escape de esa tensión diaria que la agobia.



marzo 15, 2012

Crisis

La vida... A veces siento que pasa demasiado rápido, que intento hacer algo productivo con la mía y de tanto que intento me trabo. No es que haya sido tan larga, por lo menos hasta el momento, pero hay decisiones que simplemente tienen fecha de vencimiento.

¿Qué tal si las cosas no son como yo pienso? ¿Qué tal si no son como espero?  ¿Qué tal si me mintieron, bah… si me mentí yo misma al pensar que podía lograr lo que sea que me propusiera? 
Debe ser una cuestión de tiempo. ¿Pero qué tal si tampoco tengo tiempo?  ¿Se supone que tengo que rendirme, abandonar la lucha?
Tengo muy en claro lo que quiero para mi vida, sé bien cuáles son mis metas, mis ideales, pero… es un camino con bastantes obstáculos ¿y si no llego a recorrer lo necesario a tiempo? 
El tiempo corre, y sigue corriendo. Pareciera que mientras más lento necesitas que pase, más se apura. No quiero enfrentar la vida todavía, no con tan poco. 
Mejor correr en círculos.

febrero 14, 2012

Cuestión de confianza

¿Quién dice que no puedo cumplir mis sueños? Todavía puedo intentarlo. ¿Se supone que tengo que hacer caso a las opiniones ajenas? No vale la pena, solamente sirve para amargarse y desanimarse. 
Confiar. Eso es todo lo que hay que hacer. Confiar en mí, confiar en el esfuerzo que supone lograr mis metas, confiar en que puedo lograr lo que sea que me proponga. Confiar en que aprender es superarse uno mismo, en que vivir vale la pena si uno hace lo que le gusta, si sueña. Confiar en que un desliz no es caída, no es derrota. Abandonar es derrota, ¿no? Eso dicen. Entonces ¿para qué iba a abandonar mis sueños? Como ya dije, es una cuestión de confianza